Categoría: Relatos y Microrrelatos
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Biblos
Don Mateo Saldaña, profesor emérito de la Universidad Autónoma, había dado con un curioso sitio web mientras comprobaba las fuentes bibliográficas de la tesis doctoral de una de sus alumnas, y necesitó una buena dosis de paciencia para poder acceder a él. Con la contraseña en su poder, el profesor Mateo Saldaña pulsó sobre la…
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Como un pajarito
La madre de Elisa fue languideciendo poco a poco, como un pajarito sin alas. La madre de Elisa fue languideciendo poco a poco, como una llama mortecina, hasta apagarse del todo. La memoria empezó a fallarle en pequeñeces cotidianas: olvidaba la lista de la compra, lo que había ido a buscar al ropero o, con…
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Yo no debería estar aquí
De nuevo escuchó la voz, más suspiro que grito. Montalvo se giró rápidamente y vio a unos metros a un soldado recostado sobre un tronco. Parecía español: el pelo negro, la barba recia y escarchada y en el uniforme un pequeño escudo con la bandera. Tenía una bufanda enrollada en la cabeza, a modo de…
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Las prisas
La tarde se volvía noche y un resplandor anaranjado coronaba la línea de la costa. Un poco más arriba, en un cielo cada vez más oscuro, el lucero de la tarde brillaba con intensidad creciente. La brisa era suave y agradable y el ligero cabeceo del barco animaba al sueño. Yo estaba enrolado en un…
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Los dados mágicos
La pastorcilla dejó atrás a los demás y recibió inesperadamente unos dados de colores La pastorcilla dejó atrás a los demás. Tenía la decisión grabada en el rostro. Tenía un destino aleteando en el corazón. Si nadie la rescataba, ella lo haría. Ella sola. Se calzó sus botas de caminar los páramos, se echó a…
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La premonición
Antonio avisa a su madre para que no se preocupe: «madre, madre, que me voy» Antonio va a dar un paseo, como hace todos los días después de trabajar. Antes de salir avisa a su madre, para que no se preocupe: madre, madre, que me voy. Debe gritar porque la mujer está mal del oído,…
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Vassily (y III)
En el día de hoy damos fin a los relatos de supervivencia cuyo protagonista ha sido Vassily Tashkin, un hombre maduro y tenaz movido por la imperiosa necesidad de obtener dinero. Cuando el montón le parece suficiente se mete debajo del camión y sitúa la lámina bajo la chapa que protege al cárter. Tumbado…
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Vassily I (relato de supervivencia)
Si te gustan los relatos de supervivencia, en los próximos días, comenzando por hoy, te traigo la historia de Vassily Tashkin, un hombre maduro y tenaz movido por la imperiosa necesidad de obtener dinero. Espero que te guste. Te dejo con la primera parte: Vassily Tashkin se quedó el último, siguiendo las huellas de…
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Historias del cole
El elenco de profesores con que me encontré a lo largo de mis años de estudios en el “Virgen del Mar” no tenía desperdicio. La mayoría eran hombres mayores, oficiales en la reserva que, rondando la jubilación, habían encontrado una manera de sacarse un sobresueldo, o civiles que habían hecho carrera en el colegio…
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Hambre (y 2)
Un carraspeo a sus espaldas le recordó al húsar la presencia de sus soldados, un cuarteto de esperpentos enfundados en desgastados capotes. La huida, el hambre y la necesidad había destruido hacía semanas la marcialidad del ejército imperial. Nada quedaba de los gallardos uniformes, de los chalecos azules llenos de ribetes y brillantes botonaduras,…
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Hambre (1)
Des Moines, húsar del ejército imperial, tuvo una vida azarosa, repleta de aventuras y hechos violentos, fue herido cuatro veces en combate, perdió varios dedos de una mano a causa del frío y un ojo por una esquirla de granada. Bonapartista hasta la médula, siguió al Emperador hasta la derrota final de Waterloo, donde fue…
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Tal como lo cuento
Entre trago y charla se iba deslizando la noche. Hablaban de mujeres, de zumbas y pillerías, y de corazones heridos. De pronto, se agotaron los temas y se hizo el silencio. El Chele Mauricio clavaba la mirada en uno de los farolitos amarillos que alumbraban el corredor, donde se estrellaban los escarabajos que había…
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El olor (microrrelato de misterio)
Alguien la había desenterrado diez minutos antes. Luego le perdió la pista. Tenía miedo. Hacía frio. La oscuridad la cubría como una mortaja y se encontraba completamente desorientada. Pero el viento le trajo el rastro de un olor. Se puso en movimiento, dejándose guiar por su nariz, a la caza de aquel olor apenas…
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No hay salida
Sólo nosotros quedamos de tantos como éramos, Melchor, si es que me dejas nombrarte. Bien sé que he renegado de ti y que en tu nombre he blasfemado con pesados juramentos porque, sin tú quererlo, me estás amargando las horas finales. La tarde se apagó de golpe y la noche se ilumina con el resplandor…