La campiña está apaciguada, vestida con los remiendos del otoño, amarillos de los rastrojos, marrones de los labrantíos y algún sembrado nacido donde apuntan tímidamente los verdes. Los caminos solitarios, los cortijos reformados con las subvenciones, la sierra al fondo, como una ola azulada que se alza sobre la llanura, y adornando el cielo unos cirros de paisaje holandés. Los tractores levantan nubes de polvo que atraviesa el sol oblicuo y derivan perezosas hacia al oeste, a impulsos de alguna mínima brisa que apenas se percibe, o quizá las aleje el simple movimiento del planeta.
La campiña desde mi terraza
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4 respuestas a “La campiña desde mi terraza”
Me hago cargo del paisaje. Identifico la descripción con mis propios recuerdos. Pero… me sobran las subvenciones y, quizá, también el planeta.
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Impresionante la foto, retocada con la descripción, por supuesto.
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He pasado muchas horas leeyendo tranquilamente en esa terraza observando el atardecer…
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Y estudiando, y echando el rato con la cherada, dormitando en la hamaca, comiendo paella e incluso viendo nevar 🙂
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